Siempre hay que empezar el día con las mejores intenciones de hacer las cosas bien, pero a veces, al final de la noche te preguntas ¿qué paso con mi productividad? La resolución de pequeños problemas y hacer frente a pequeños detalles, aunque no lo creas, nos hacen perder grandes cantidades de tiempo productivo.
“Con toda nuestra tecnología, nunca había sido tan fácil distraerse. De hecho, a menudo es bienvenida la distracción ya que nos da un descanso del trabajo que requiere esfuerzo y energía”, dice Peter Bregman, autor del libro 18 minutos: Encuentra tu Focus.
El secreto para la gestión eficaz de las distracciones, así como del tiempo está pegando a un ritual, explica Bregman. “Tiene que ser un proceso continuo que seguimos -no importa qué- que nos mantiene enfocados en nuestras prioridades durante el día”, completa el especialista.
Aquí hay un ritual de 3 pasos que te ayudarán a mejorar tu productividad:
Planifica
Antes de comenzar el día o revisar el correo electrónico, siéntate con un pedazo de papel en blanco y escribe las tareas que harás para que tu día tenga éxito. Luego, toma tu calendario y programa esas cosas en espacios de tiempo libre. “Hay un tremendo poder para decidir cuándo se va a hacer algo”, opina Bregman. Coloca las actividades más difíciles y más importantes al comienzo del día, cuando las distracciones son menos. Si la lista no se ajusta a tu calendario, cambia la prioridad de la lista.
Reorienta
Establece una alarma en reloj, teléfono o computadora para activarse cada hora durante tu jornada laboral. Cuando suene, pregúntate si pasaste la última hora de forma productiva. Bregman dice que este ritual para mejorar la productividad de todo emprendedor te ayudará a saber en qué has gastado tu tiempo. Recuerda que lo que quieres hacer en ese momento es a menudo diferente de lo que desearías haber logrado al final del día. El registro de cada hora te ayudará a mantener el rumbo.
Repasa
Al final del día, revisa tu lista para saber si ha funcionado el ritual para mejorar la productividad, y te darás cuenta en qué te concentraste y cuáles fueron tus distracciones. ¿Logaste lo que querías lograr? Si no, pregúntate ¿qué puedo hacer para mejorar mañana?, recomienda Bregman. Por ejemplo, si lograste hacer tus actividades de mañana, pero tuviste problemas de concentración por la tarde, considera programar el trabajo que requiere más concentración para el inicio del día. Guarda taras menos impositivas, como leer el correo electrónico o la revisión de estadísticas del sitio web, por la tarde
