En una conferencia organizada por la revista Inc., el emprendedor serial Les McKeown describió lo que él considera las primeras cuatro fases críticas del ciclo vital de un emprendimiento. Comenzando por el temido Valle de la Muerte y más allá, el fundador de 41 empresas advirtió a los nuevos y viejos empresarios que ninguna de estas etapas debe ser tomada a la ligera, porque incluso las más grandiosas organizaciones pueden sucumbir ante los riesgos. Según McKeown, las fases son:
- Primeras luchas de un emprendimiento. El fundador de una empresa nueva suele ser un visionario con cientos de ideas, conducido, no obstante, por la necesidad de definir un mercado particular que quiere desarrollar y capturar. En este periodo inicial, los emprendedores deben entregarse a la búsqueda de mercados rentables y sustentables que les permitan reemplazar el capital inicial con una constante fuente de ingresos. Es en esta etapa donde se da el más alto porcentaje de mortalidad empresarial. McKeown recuerda que comenzar un negocio es, sobre todo, trabajo duro.
- Encontrando la diversión. Después de tres años de lucha constante, el emprendimiento ha encontrado su mercado y su nicho. Esta es la etapa en que se da el crecimiento más acelerado de una empresa, según McKeown, porque a pesar de que se tenga una cuota de mercado minúscula, los clientes siguen llegando. “Esta fase es sobre ventas y no es demasiado difícil tener crecimientos de tres dígitos”, explica el consultor, quien recomienda aprovechar este periodo para construir una marca sólida.
- Trayendo al ‘Operador’. En este punto, McKeown cita el discutido dilema de fundador o CEO. Este empresario, se decanta por un CEO, un operador que pueda gestionar un negocio que ya está corriendo. Por supuesto, para que sea el número dos de la firma, porque el emprendedor inicial, el que es capaz de visionar para desarrollar nuevos productos o mercados, tiene que seguir trabajando, pero en eso, en ser un visionario, no administrando.
- Trayendo al ‘Procesador’. Si el negocio ha continuado el cauce del crecimiento, el operador se ha convertido en una figura importante, opina McKeown, se tiene que dar el siguiente paso: contratar a un procesador, quien se encargará de gestionar sistemas y procesos para que la organización opere logísticamente bien a pesar de su enorme masa. Eso sí, advierte el consultado, es muy probable que el procesador no se lleve bien con el administrador, porque este culpará al primero de hacer cambios en el ‘status quo’.