En 2025, el consumidor medio pagará más por la electricidad, el gas y el combustible. Los impuestos –nuevos y recaudados–; el (mal)funcionamiento del mercado mayorista de electricidad; la reducción gradual de las ayudas; Las tensiones geopolíticas y la evolución de la demanda por la inteligencia artificial (IA), entre otras, tendrán un importante impacto en los bolsillos. “El año 2025 (en el sector eléctrico) comienza con una clara tendencia al alza y el regreso de la incertidumbre”, afirman los analistas del Grupo ASE. La clave está en el nivel de reservas de gas con el que acaba el invierno en Europa. “La climatología y La demanda asiática de gas natural licuado (GNL) seguirá influyendo en la evolución de los precios de la energía.con la volatilidad como protagonista”, añaden. Con matices, hay un mínimo común denominador en las previsiones de las grandes energéticas: la estabilidad de los precios del petróleo; mayores precios del gas en Europa y precios de la electricidad estables o ligeramente superiores en España.

En el sector eléctrico, los aumentos en las facturas son fácilmente predecibles a medida que el IVA vuelve al tipo del 21%. la ayuda del bono social, que beneficia a 1,8 millones de consumidores Se reducirán gradualmente al 35% para los consumidores vulnerables y al 50% para los consumidores altamente vulnerables. La ecuación es sencilla: más impuestos -en 2024 también se incrementó el impuesto especial sobre la electricidad (5,11%)- y menos subvenciones, equivale a una electricidad más cara. El Gobierno prevé mantener el impuesto del 7% a las empresas generadoras -PP, Junts y PNV están en contra- y está revisando el equilibrio del sistema para evitar déficits mediante subidas de la parte fija de la factura, «tasas y peajes», de 39%. .

La OCU creó el acuerdo global. Según las previsiones, las facturas de electricidad aumentarán un 13% hasta 2025. Para los hogares del mercado libre el incremento estimado es del 13,4%, lo que equivale a 118 euros adicionales al año, mientras que para los hogares del PVPC rondará los siete millones, el 30% del total -un aumento estimado del 12,5%-. unos 106 euros más al año. El Ministerio de Transición Ecológica destaca que pese al incremento de la parte regulada del recibo y la suma de todas las cantidades la factura prevista para 2025 para un cliente privado Será un 7% superior a la de 2019, significativamente inferior a la inflación acumulada de estos años (del orden del 18%).

Entonces la electricidad es más cara, pero en un país que avanza hacia la descarbonización. «Este año, el 56% de la producción eléctrica fue renovable», afirma Jorge Morales, director general de Próxima Energía, y está convencido de que en muy poco tiempo «la primera tecnología de generación eléctrica en España será la energía solar». La consecuencia, ya vista en 2024 y que se agravará en 2025, será una enorme diferencia de precios entre horas, con gran oferta y precios negativos en las horas centrales del día y recurso al gas en las horas o temporadas en las que hay no hay viento o hay menos luz solar. Los cambios en la estructura de la producción eléctrica y las fluctuaciones en los precios horarios también provocarán cambios en el diseño de los contratos tanto para las empresas -la mayoría de las cuales consumen durante el día- como para los particulares. El mercado mayorista de electricidad -el Pool- ya se plantea un ajuste de precios cada 15 minutos este año, y aunque todavía existe en España una cultura que prioriza la estabilidad en la contratación, un tercio de los consumidores domésticos siguen en la tarifa regulada, el PVPC – Buscar Las ofertas para ahorrar dinero son cada vez más comunes. Los datos de la CNMC reflejan la tendencia. En 2023, 6,4 millones de clientes cambiaron de proveedor y otros dos millones se activaron a principios de 2024, un aumento del 11% en un año.

En un mercado eléctrico caracterizado por una desaceleración de la demanda -en 2024, la demanda acumulada apenas aumentó un 0,7%, hasta los 225.532 GWh-, las grandes empresas de servicios públicos exigen mano libre para invertir en redes, sin los límites actuales ligados al PIB (0,13). %). Una forma de asegurar ingresos y facilitar el crecimiento empresarial. Patxi Calleja, director de Regulación de Iberdrola España, explica: “Necesitamos cubrir las necesidades que ya existen y facilitar la conexión a la red eléctrica. Por tanto, es necesario fomentar una mayor inversión en redes eléctricas”. En estos tiempos en los que la geopolítica amenaza la estabilidad energética, es estratégicamente importante trabajar más en la electrificación para aprovechar la autonomía energética que permiten las energías renovables y el almacenamiento, en comparación con el apostolado del oro negro. Puede que sea más expresión de un deseo que de una realidad, pero las grandes eléctricas aseguran que la demanda está subiendo tras años de descenso gracias al aumento de la actividad industrial, los vehículos eléctricos y otras aplicaciones, como la electrónica. p.ej. B. El aire acondicionado en empresas y hogares está aumentando.

Por el lado del petróleo, las previsiones más aceptadas apuntan a que los precios se mantendrán estables en una media anual de 75 dólares por barril de crudo, con una alta volatilidad estacional, correspondiente a los precios de 2023 y 2024. Repsol explica: “Un nivel similar es”. esperado (para 2024). Por el lado de la oferta, se espera una potencial sobreproducción, mientras que por el lado de la demanda, se espera un aumento limitado del consumo en China e incrementos en India y África. «Estabilidad o no, la probabilidad de que los conductores españoles paguen más por el repostaje es alta. Especialmente para propietarios de vehículos diésel. El gobierno ha tropezado dos veces con un plan para igualar los impuestos sobre el diésel y la gasolina, pero espera modificar el impuesto especial sobre los hidrocarburos en la primavera. Repostar un vehículo diésel cuesta al usuario de un vehículo diésel unos 10 céntimos más por litro.

Suministros de gas

Hay otro mercado clave en el año energético. El de gasolina. En Europa, 2024 terminó con inventarios inferiores a los del año anterior, incluso por debajo del promedio de los últimos nueve años. La tendencia es una mayor demanda de calor y una menor oferta de GNL estadounidense en comparación con el año pasado. Esto explica en parte el aumento de precios en los últimos meses. Uno de los elementos que afectará al precio será el cierre del gasoducto que importa gas de Rusia a Europa a través de Ucrania. Todo apunta a precios ligeramente más altos en 2025. Esto es importante porque por cada euro que aumenta el precio del gas, el precio de la electricidad aumenta dos euros.

En España, esta tendencia es crucial porque, a pesar de los avances en energías renovables, el gas sigue siendo esencial para asegurar el suministro cuando el viento baja o hay sequía. Y así seguirá siendo. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 prevé 26.000 MW de gas frente a 4.800 MW de termosolar o 12.000 MW de electrolizadores (hidrógeno). Eso sí, destaca el equipo político-empresarial del sector gasista que marcará el ritmo de las grandes operaciones: Arturo Gonzalo Aizpiri (PSOE) al frente de Enagás; Josu Jon Imaz (expresidente del PNV) en el puente Repsol y Ángel Acebes (exministro del PP) en la cubierta del Iberdrola.



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