La creación de firmas electrónicas sigue aumentando. Se estima que para finales de 2024 se emitirán más de dos millones de certificados, según la previsión de la empresa Uanataca Ecuador, una de las autorizadas para emitir certificados electrónicos en el país.
Según la empresa, en 2022 se generaron 1,4 millones de firmas electrónicas. En 2023, la cifra aumentó a 1,7 millones. La previsión para 2024 supone que este año se crearán más de 300.000 firmas electrónicas.
Uno de los motivos que ha impulsado el auge de la firma electrónica en el país es la facturación electrónica, afirma Uanataca, destacando que la firma digital es un mecanismo que “permite la validación remota de documentos con total seguridad y validez jurídica”. una herramienta indispensable en diversas industrias.
Elías Barzallo, director general de Uanataca Ecuador, enfatizó que esta tecnología promueve la integración digital del país, ya que facilita la implementación de trámites como la emisión de facturas electrónicas y la firma de contratos desde cualquier lugar, teniendo la misma validez que un proceso presencial.
La firma electrónica tiene la misma validez jurídica que la manuscrita (hecha a mano) y está sujeta a la Ley de Comercio Electrónico. El reglamento establece que la firma electrónica tiene los mismos efectos jurídicos que la firma manuscrita respecto de los datos contenidos en documentos escritos y es admisible como prueba ante los tribunales.
Uanataca Ecuador cita tres beneficios del uso de esta tecnología:
- Sostenibilidad ambiental: Reducir el consumo de papel y tinta, reduciendo así “significativamente” la tala de árboles y las emisiones de carbono asociadas con la producción y el transporte de material de oficina.
- Optimización del tiempo: Elimina la necesidad de desplazarse para firmar documentos o realizar trámites, lo que también ayuda a reducir el consumo de combustible.
- Mejor bienestar personal: Según Barzallo, “el tiempo medio que una persona dedica a sus desplazamientos diarios es de 70 minutos, lo que corresponde a 12,25 días al año. Con la introducción de la firma electrónica, este tiempo se puede utilizar para actividades que mejoren económicamente la salud física y mental”. «. (I)