Cuando al emprendedor estadounidense Howard Schultz le dijeron que el café era algo que se tomaba en casa y no en la calle le hicieron un favor. La obstinación por sacar adelante su idea de vender expresos, lattes y otras bebidas calientes en un ambiente fuera del hogar y fuera del trabajo lo llevó a comprar la tienda para la que trabajaba y convertirla en la cadena millonaria que es ahora: Starbucks Coffee, que dispone de más de 10.000 locales en todo el mundo, según los datos de su web oficial en español.
La historia de Starbucks comenzó en Seattle, en 1971, años antes de que Schultz siquiera apareciera en el horizonte de la empresa. Por aquellos días, según la revista Emprendedores.es, la actividad de la tienda se centraba en la venta de café en grano y molido para el consumo en casa. Schultz se unió a este emprendimiento en 1982, como director de marketing, y cinco años después compró la totalidad del negocio con miras a expandirlo a una adaptación estadounidense de los Espresso Bars italianos. Sus anteriores dueños insistían en que el café era algo que se preparaba (y tomaba) en casa.
El éxito de la compañía, una de las pocas que da a sus trabajadores la opción de adquirir parte de la firma, ahora valorada en 37 mil millones según la cotización diaria de Yahoo! Finanzas, se debe a varios motivos, pero cualquier analista coincide en que está asociado directamente con la figura de Schultz, líder empresarial que resumió su experiencia en el libro El desafío Starbucks.
En este texto, el emprendedor del café que hoy sigue siendo el CEO de Starbucks resume los “siete grandes pasos” que sacaron a su cadena del atolladero en el que el propio éxito de la firma había caído:
1. Ser la autoridad indiscutible del café.
2. Involucrar e inspirar a nuestros partners.
3. Prender la llama del vínculo emocional con nuestros clientes.
4. Expandir nuestra presencia global al mismo tiempo que conseguimos que cada uno de nuestros establecimientos sea el centro neurálgico del barrio.
5. Hemos de ser líderes en el cultivo ético y en el respeto medioambiental.
6. Crear plataformas de crecimiento innovador dignas de nuestro café.
7. Ofreceremos un modelo económico sostenible.
El plan de Schultz ha funcionado para Starbucks que, según una publicación de 2007 de diario El Universo, analizar abrir una tienda en Ecuador “a mediano plazo” como parte de su expansión por América Latina.