La creatividad es un factor clave que no puede faltar dentro de las campañas de publicidad y mercadotecnia. Es por eso que las agencias optan por contratar a los mejores creativos de la industria para que puedan desarrollar este trabajo para sus clientes.
Con base a ese principio, Coca-Cola ha mostrado, de la mano de la agencia Ogilvy & Mather, una nueva forma con la que las marcas pueden realizar marketing: Coca-Cola Zero instaló una valla publicitaria «bebible» que servía refresco a través de un sorbete gigante.
La Coca-Cola Zero fluía a través del largo sorbete que recorría el cartel desde su parte inferior hasta una parte que funcionaba como fuente para aquellos que quisieran degustar el refresco. Con más de 75 válvulas, cuatro bombas de alta presión y 16 sensores, el cartel empujaba el líquido y el aire a través de los tubos para que se viese como se vaciaba el sorbete.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=Jehpz6P5O90
Esta campaña bebible de Coca-Cola, que ha sido el primer trabajo con Ogilvy desde que ganara el concurso el pasado año, también incluía otras innovadoras iniciativas además del complejo cartel, como por ejemplo anuncios interactivos para televisión que permitían acceso a contenido extra a los usuarios que se hubieran descargado la aplicación de reconocimiento de audio Shazam.
Este anuncio muestra un vaso que se llena de Coca-Cola. Una vez que el vaso está lleno, la aplicación ofrece un cupón para una botella de la bebida gratis. Si bien la tecnología de Shazam y otras similares llevan años existiendo, los «marketeros» hasta ahora habían sido muy lentos adoptándola por no encontrar una razón de peso para que la gente use la aplicación.
https://www.youtube.com/watch?v=qtL4pXGb7pI
La marca también puso en marcha iniciativas similares en los centros comerciales de Indianápolis, como vídeos que también permitían la descarga de cupones promocionales. Además, en un juego para smartphones proyectado en una gran pantalla, los concursantes podían correr a «beber» una botella de Coca-Cola virtual. Para jugar, solo había que soplar en el micrófono del teléfono mientras la bebida desaparecía. La primera persona que finalizara ganaba un refresco real.