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Negociar un sueldo es algo que no muchos aspirantes a un empleo saben hacer, y es ahí cuando las empresas suelen aprovecharse para imponer sueldos más bajos de lo que pueden ofrecer. Pero, ¿qué es lo que nos hace negociar mal?

Robin Ryan, asesora de carrera considerada por The Boston Globe como «la mejor experta en búsqueda de empleo de América», afirma que la desigualdad salarial, en general, es más un problema de negociación que gubernamental, al menos en el caso de Estados Unidos. En su último libro, ‘60 Seconds & You’re Hired‘, Ryan recoge lo que considera la santa trinidad de los errores de negociación salarial: Tener miedo a hablar de dinero, revelar el salario actual o último y desconocer el valor de sus habilidades.

Tener miedo a hablar de dinero. Es normal y viene dado especialmente por el desconocimiento sobre cómo negociar. Antes de acudir a una entrevista trata de prepararte por escrito algunas preguntas que podrían hacerte sobre tu salario. Una vez que las escribes y tienes clara la respuesta, seguramente irás más tranquilo y sabrás cómo salir bien parado.

Revelar el sueldo actual o el último. Este es un error irreversible. Una vez que comentas tu sueldo actual o el de tu último trabajo, no hay vuelta atrás. Revelar dicha cantidad solamente ayuda a que los reclutadores jueguen con ventaja, averiguando de una sola vez datos tan importantes como el dinero por el que eres capaz de trabajar. Da la vuelta a la pregunta del reclutador y di que cuánto pueden llegara pagar por el puesto solicitado.

Desconocer el valor de tus habilidades. Existen páginas web donde informarse de los sueldos relacionados con tu profesión, como PayScale o Glasdoor, de las que te puedes servir para hacerte una idea de lo que deberías estar dispuesto a cobrar, así que no tienes excusa para estar desinformado. Muchos profesionales no cobran lo que deberían por su formación, experiencia y habilidades porque no saben lo que esto vale y lo que pueden exigir. No seas uno de ellos, infórmate antes.

 

 

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