Verónica Morales era solo una niña de cuatro años cuando empezó a estudiar ballet, pero ser la mejor bailarina del mundo, pese a ser el sueño de muchas, nunca fue su principal aspiración. Su verdadera vocación era y sigue siendo transmitir sus conocimientos de baile a quien pudiera. “Siempre tuve esto de ser profesora en mis venas”, asegura, mientras a su alrededor se preparan los últimos detalles para la inauguración del nuevo local de su academia Ático Ballet & Danzas en el centro comercial Puerto Azul, ubicado en la ciudadela que lleva el mismo nombre. Los días en los que jugaba a la escuelita de ballet ahora son un agradable recuerdo, porque el Ático de sus sueños es una realidad: hace cinco años fundó una academia que fusiona todas las danzas y que hoy en día, con un personal de siete profesoras, atiende a un poco más de 80 personas, entre niñas y adultas.
La historia de su emprendimiento comenzó en el ático de su casa, después de haber estudiado y dado clases también en la academia de Pamela Hidalgo (PAM Studio). Tras haberse graduado de esta institución, Morales (25 años) estudió Comercio Exterior y tomó una mención en Danzas en la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES). Mientras tanto -en los primeros años de su periodo universitario- empezó su propia academia improvisando una sala de ballet en el ático de su anterior residencia, ubicada en Samanes. Su casa era de tres pisos y el último estaba destinado a ser el cuarto de juegos de ella y de su hermano. Luego, cuando crecieron, sus padres retiraron los juguetes y ese gran espacio de piso de madera y grandes ventanales quedó vacío.
“Siempre subía a bailar al ático y mis padres me pusieron unos espejos en las paredes, compré la barra y empecé a dar clases a ocho niñas. Luego me cambié de casa y alquile un local en Polaris (ciudadela cerca de Samanes); esa fue la primera academia que puse y sigue funcionando. Hace una año abrí la segunda, en Puerto Azul”, cuenta.
Las claves de su emprendimiento, según Morales, fueron las ganas, la constancia y la perseverancia. “Todo lo que es educación para niños es un buen negocio y como yo soy la profesora, mi único costo fijo, al principio, era pagar el local. Cuando inicias un negocio lo primero que quieres es cubrir todos tus gastos y estabilizarte, las ganancias no son la meta”.
Esta joven abrió una sucursal en Puerto Azul, en un pequeño local y ahora, en menos de un
año, está a punto de inaugurar una más. “Me vine a un espacio más grande porque otras actividades se están implementando como Tango, Pole Dance, Flamenco, Arte, ente otras”. Este 30 de enero empieza a funcionar el tercer local de Ático Ballet & Danzas, situado frente al primero que alquiló en Puerto Azul.
El equipo de Ático tiene muchos planes para el 2012, entre ellos viajar en marzo a Disney para participar en un concurso internacional de baile organizado por la Universal Dance Association (UDA) dentro de la categoría Open enfocada en hip hop, a la que clasificaron a solo seis meses de vida de la inauguración de la primera academia de Puerto Azul.
A pesar de lo que ha logrado, Morales considera que aún tiene trayecto que le falta y ansía recorrer como emprendedora. “Mi proyección es que Ático sea una academia reconocida en Guayaquil”, finaliza.