La Gran Depresión soltó los precios contra el piso. En 1929 el presidente de Nestlé, Louis Dapples, recibió una propuesta del Banco Francés e Italiano para América del Sur. La tentadora oferta era si se podía hacer un café soluble con los granos sin vender, que estaban depositados en Brasil. El primer paso para crear Nescafé.
La solicitud le fue traspasada al Dr. Morgenthaler, que se unió a la investigación para mantener el sabor y aroma del café. En 1938 Nescafé se crea y entra a Suiza, en 1939 conquistaba el mercado estadounidense y para 1940 el producto ya se encontraba en 30 países. (Lea también: Nestlé usará robots para vender máquinas de café).
Desde ese momento Nescafé comenzó a invadir los mercados cafeinómanos del mundo. En 1943 se instalan fábricas en Estados Unidos para satisfacer la demanda, durante la Segunda Guerra Mundial. En 1960 se relanza en Japón y en Europa en envases de vidrio.
Durante los 50 años siguientes la fórmula fue cambiando: una sin necesidad de carbohidratos agregados (1952), un café soluble ionizado (1965) y una fórmula auto-espumante (1990). Aun así, el producto de Nescafé nunca fue una idea original. (Lea también: La marca más conocida en el mundo: Coca Cola).
Nescafé no inventó el café soluble
Antes que la compañía Suiza, Nestlé, creará la marca Nescafé para su solución soluble, este ya se había sido creada. Satori Kato, un químico estadounidense con descendencia japonesa, inventó el café instantáneo en 1901 y lo patentó dos años después.
La revista Wired, en un artículo, dice que el número de patente del café soluble de Sato era No. 735,777 y creó The Kato Coffee Company para venderlo en masa en Bufallo, Nueva York, donde no fue acogido. Después del desastre de Kato, en 1909 el inventor George C.L Washington creó Red E Coffee y terminó dando suminsitros de café a las tropas estadounidenses en la Primera Guerra Mundial.
En la Segunda Guerra Mundial la marca de café de Nestlé reemplaza a Red E Coffee. Mientras en 1943 alcanza la producción récord de un millón de cajas de café, y las utilidades de la empresa pasaron de cinco millones de dólares a 225 millones en 1945. Nesacafé triunfó donde Kato ni Washington pudieron.