La franquicia es una relación comercial entre dos partes, por la que una de ellas paga una cierta cantidad de dinero para tener la licencia para comenzar un negocio utilizando una marca ya consolidada en el mercado.
Las franquicias siguen siendo una de las formas más seguras de tener tu propia empresa, pero hayq que saber manejarlas, dejarse llevar por las emociones puede resultar funesto.
Opciones para seleccionar una franquicia
Conoce bien tu terreno
Es una perogrullada, sí, pero no nos cansamos de repetirla: si estás pensando en abrir una franquicia, debes conocer la esencia de esta fórmula comercial.
Y la central también te debe transmitir mensajes que reflejen la realidad de un sistema que no te garantiza el éxito por el hecho de colocar el rótulo de una franquicia.
En la ecuación faltan más elementos.
Interioriza este mensaje: la franquicia aporta herramientas, un concepto testado y conocimientos que harán rentable tu proyecto y reducirá los riesgos, siempre que dediques esfuerzo y muestres tu compromiso.
La central también debe conocer tu terreno
Te sorprendería la cantidad de empresas que se lanzan a franquiciar con la premisa de “a ver qué pasa”, sin una estructura detrás ni, lo más grave, conocimientos mínimos acerca del sistema, e incluso acerca de la propia actividad.
Pregunta a la central por sus motivos para franquiciar. Si la respuesta es vaga o imprecisa, huye.
Recursos reales
La pregunta aquí es si esa central te va a aportar un valor añadido real, al que no accederías con tus propios recursos, en un proyecto independiente.
Hablamos, por ejemplo, de acuerdos con proveedores que te permitan comprar a precios atractivos, de facilitar una cartera de clientes potenciales desde el inicio o de un sistema de gestión que te haga manejar más volumen de clientes sin incrementar los costes de personal.
Valor añadido
Atención al canon de publicidad -pago periódico a la central para crear un fondo común destinado a campañas publicitarias y de marketing- y al royalty -pago a la central por el apoyo continuado que te presta-. Muchas enseñas no contemplan estas partidas. Ningún problema.
Ahora bien, que no te lo ‘vendan’ como una gran ventaja competitiva. Toda central ha de obtener unos ingresos recurrentes para seguir creciendo como red.
Y si no los recauda a través de los cánones, seguramente los obtenga con un margen comercial en los productos que te suministra o a través de otra vía.
Franquicias unidas
Respecto al contrato, el mejor consejo es recurrir a un experto legal, sobre todo si desconfías de algún punto o te resulta incomprensible.
Dicho esto, resultará complejo negociar cláusula alguna con una franquicia consolidada, que se mostrará inflexible en este apartado. Más factible es hacerlo con una cadena que da sus primeros pasos, aunque desconfía si se muestra demasiado relajada al cambiar este punto, modificar este otro, suprimir aquello… ya que desvirtuaría el concepto original.
Un contrato de franquicia ha de ser rígido, en el sentido de garantizar la uniformidad y que la operativa sea común a todos los asociados.
Ahora bien, la central ha de mostrar ‘cintura’ en el caso de que el mercado o situaciones excepcionales (como la actual pandemia) así lo requieran.
Franquiciados de tu franquicia
La central ha de facilitarte el contacto de los integrantes de la red, para que, sin intermediarios, hables con cada uno de ellos y así conozcas el estado real del proyecto.
Números
Desconfía de las centrales que facilitan un plan de negocio estándar en exceso, sin personalizar. Frunce el ceño también con aquellos que ‘pintan’ previsiones muy optimistas.
Y es que una amortización del desembolso inicial a seis meses, por ejemplo, resulta complicada, sobre todo en un negocio a pie de calle.
Apertura
Cuidado con aquellos que emiten un discurso basado sólo en las aperturas que han realizado, en las que prevén, en su crecimiento explosivo… Asegúrate que esa expansión ha venido acompañada por un incremento en la estructura que permita digerir de forma adecuada las aperturas. Y es que, en ocasiones, esa obsesión aperturista lleva a la central a descuidar puntos críticos del proyecto.
Lugar en el mundo
Unas comprobaciones que te ahorrarán disgustos futuros y que certificarán que todo está en orden.
Acude, en primer lugar, al Registro Mercantil y consulta quién está detrás de la sociedad franquiciadora, para verificar que no hay nada extraño. Comprueba, además, que esa cadena tiene registrada su marca (aunque te sorprenda, a veces no es así).
Que todo fluya
Puede ocurrir que, ante tus ojos, se despliegue un abanico de propuestas sólidas y sin apenas diferencias.
Aquí podrías optar por aquella con la que te identifiques más como cliente, aquella con la oferta y servicios que más se ajusten a tus gustos.
Y una vez has elegido esa franquicia con la que emprenderás tu propio proyecto, es crítico dar con la ubicación adecuada. Aquí tienes hasta 20 consejos para acertar con el emplazamiento correcto de tu negocio.
Fuente: emprendedores