La tecnología móvil de quinta generación (5G) fue el principal tema de debate en la pasada edición del Mobile World Congress de Barcelona, un aspecto que dejó patente que gobiernos y empresas ya miran hacia el futuro.
Ahora, las conclusiones de centenares de expertos internacionales reunidos en un simposio en Valencia han llevado a afirmar que en “apenas cuatro años” la tecnología 5G nos convertirá en una “sociedad hiperconectada”.
Entre otras funciones, la tecnología 5G permitirá conectar entre sí vehículos, máquinas, sensores, dispositivos médicos y cualquier objeto cotidiano al que se pueda añadir la electrónica para la comunicación inalámbrica.
La fecha esperada para la tercera revolución de las comunicaciones móviles es el año 2020. “La evolución necesaria de las redes móviles está llevándose a cabo en este momento y culminará en 2020 con la estandarización y puesta en marcha de las primeras redes de quinta generación”, asegura el subdirector del Instituto iTEAM de la UPV, Narcís Cardona.
Por otra parte, según ha defendido el profesor de la Universidad Miguel Hernández de Elche y presidente del IEEE Vehicular Technology Communications, Javier Gozálvez, el desarrollo comercial de las redes 5G arrancará en el sector de la automoción.
Según el investigador, la comunicación entre vehículos encuentra un “marco” idóneo para desarrollar sistemas de seguridad, anticolisión, guiado, conducción asistida o autónoma, entre otras, y muchos fabricantes ya están evolucionando los equipos y electrónica a bordo “para convertirlos en verdaderas centrales de comunicaciones”.
Los expertos reunidos en Valencia destacaron también que otro de los sectores que podrá beneficiarse de estas tecnologías será el de la salud, con sensores médicos que podamos llevar cualquiera de nosotros y que se comunicarán entre sí y con la red de forma segura, rápida y fiable.
”Estos sensores serán tanto aquellos que resulten de la evolución de las actuales tecnología ‘wearables’ (ponibles) usados esencialmente por deportistas, como de la nueva generación de dispositivos implantables”, ha apuntado Cardona.
El investigador ha destacado que “dichos equipos facilitarán el seguimiento de pacientes y la detección precoz de disfunciones en personas con riesgos específicos, sin necesidad de ser monitorizados constantemente en un centro médico, sino con plena libertad de movimientos”.