A la hora de emprender en Ecuador es muy común pensar en miembros de nuestra propia familia para que nos ayuden a sacar adelante el proyecto. Incluso es recurrente que suceda más adelante, cuando requerimos a una persona de confianza para la empresa: ahí están los hermanos, primos, tíos… Sin embargo, ¿qué tan seguro es hacer de la nuestra una empresa familiar? La decisión implica riesgos y oportunidades, según lo analizado a continuación.
Primero es importante entender el impacto de las empresas familiares en el mundo de hoy: En Ecuador, un estudio de la IDE Business School determinó que por lo menos el 89% de las empresas ecuatorianas son familiares. Esa cifra se une a una tendencia mundial detectada por el colombiano Joaquín Urrea, PhD de la Universidad de Bradford (Reino Unido), quien estimó que en Italia el 99% de las sociedades son empresas de familia, en los Estados Unidos el 98%, en Brasil el 92%, en España el 71% y en Colombia más de las dos terceras partes de las empresas legalmente registradas.
Oportunidades de una empresa familiar
Como dijimos al principio, las empresas familiares tienen sus oportunidades. Amada Godoy Ruiz, miembro del grupo de empresas familiares Godoy Ruiz, sostiene que “entre las principales ventajas se puede definir como básica, un mayor nivel de compromiso de los integrantes debido a sus lazos familiares”. Asimismo, señala que los propietarios y directivos tienen valores claros, además de ser líderes que le dedican pasión y más horas de trabajo de las reglamentarias.
La estructura de propiedad es otra de las oportunidades de una empresa de carácter familiar, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid denominado “El reto de emprender en la empresa familiar”. Este documento sostiene que la organización de este tipo de emprendimientos asegura una alineación efectiva entre los objetivos de la empresa y sus propietarios.
Riegos de una empresa familiar
Amada Godoy explica que entre los riesgos se puede mencionar que, debido a la existencia de sistemas interrelacionados de propiedad, de gestión, de dirección y de familia, las condiciones de trabajo se pueden tornar complejas y a menudo originan tensiones en el seno familiar.
Las empresas familiares también se enfrentan, según el catedrático del IDE Josemaría Vásquez, a que los miembros de la familia podrían pensar que por el hecho de ser propietarios tienen capacidad para dirigir, cuando en realidad un gerente no nace, sino que se pule con práctica y estudios. Este experto señala, en una entrevista publicada por Vistazo, también es común que los fundadores se aferren a sus puestos y no comiencen oportunamente el proceso de sucesión.