Para ayudar a los emprendedores que necesiten a un líder a quien delegarle tareas de responsabilidad en un equipo, Glenn Llopis, experto en liderazgo y colaborador de la revista Forbes, escribió seis motivos por los que los líderes suelen equivocarse:
Confían demasiado en las experiencias pasadas. Para explicar este punto, Llopis citó al profesor estadounidense Sydney Finkelstein, quien en uno de sus libros escribió: “Los líderes tienden a confiar en experiencias del pasado, lo cual parece útil, pero algunas veces de hecho es peligroso. Pienso que a veces sobrestimamos la experiencia, porque no siempre encaja en las nuevas situaciones que se presentan”.
Se vuelven adictos a las políticas corporativas. Muchos líderes, para quedar bien con sus directorios, se convierten en policías de las políticas corporativas a una magnitud que imposibilita la confianza de sus delegados. En estos casos, explica el autor, se vuelven ciegos y sordos, lo que les hace perder el sentido de su rol como cabeza de un equipo y se dedican a denunciar violaciones de códigos y normas en lugar de solucionar problemas.
No tienen un propósito claro. Cuando un líder no sabe por qué está en su cargo se le vuelve difícil tomar buenas decisiones. La claridad de propósito siempre permite tomar decisiones consistentes con la misión principal que le fue encomendada. Cuando el objetivo es borroso ocurre todo lo contrario.
Administran mal sus recursos. Hay quienes no entienden que un puesto de liderazgo no solo implica manejar personal, sino también recursos de la empresa. Y no solo hablamos de dinero, sino también de información, estadísticas y tendencias de la empresa. Si manejan mal estos recursos, o si simplemente no los entienden, no podrán ser efectivos.
No ven las oportunidades. Cuando un líder no tiene lo que Llopis llama “visión circular” o la habilidad de ver oportunidades en todos lados, tampoco será capaz de tomar buenas decisiones. Aunque a veces no se equivoquen, podrán simplemente ignorar cosas que pudieron significar crecimiento. Además, si no pueden observar así, panorámicamente, tampoco podrán anticiparse a las crisis.
No confían en su capacidad de liderazgo. Si un líder comete las primeros cinco equivocaciones descritas, difícilmente tendrá confianza en su capacidad de liderazgo. Y la falta de confianza genera desesperación, que se traduce en decisiones abruptas.