¿Cuál es el hábitat natural del emprendedor? ¿Qué tipo de ambiente institucional es el realmente propicio para estimular el surgimiento de nuevos emprendedores? ¿Cómo podría la política económica de un país incentivar el desarrollo de nuevos proyectos empresariales? Estás preguntas la considera importantes el Ingeniero Pablo Arosemena Marriott, Director Ejecutivo de la Fundación Ecuador Libre, en el libro Ecuador ¿País de emprendedores?
Para él, estas preguntas se deben plantear si se cree que a los países les va mejor en la medida en que existan más emprendedores o no. “En este sentido, conviene que recordemos que no solamente debemos de apuntar al surgimiento de más emprendedores, sino también, a que cada vez surjan emprendimientos que sean más sofisticados, es decir, que repercutan en una mayor y mejor creación de valor para la sociedad”, explica Arosemena.
Primero se debe considerar ¿por qué es importante un entorno favorable al emprendedor? ¿Acaso no basta con que los emprendedores tengan simplemente bien hecho sus planes de negocio? Pues la respuesta es que estos sí son importantes, pero no suficientes, ya que hacer negocios no es tarea fácil.
Y esto lo demuestra la realidad, que para ser exitoso se necesita reunir ciertas destrezas como: saber de contabilidad, finanzas y mercadotecnia. Aún así, esto no garantiza nada, ya que la creatividad, el talento, el tesón e inclusive la suerte juegan un rol importante.
Tampoco hay que dejar de lado que el ambiente en el que se desarrolla el emprendedor se ve afectado por situaciones externas cómo los cambios en la política, reglas institucionales para cada tipo de negocio, cuestiones jurídicas, entre otras que pueden ser una roca en la creación de emprendimientos.
El tipo de hábitat empresarial en que se desarrolla el país también influye, como lo demuestra el informe Doing Business 2013, realizado por el Banco Mundial, el que reveló que Ecuador se encuentra en el puesto 139 de las 185 economías analizadas en el ranking general de facilidad para hacer negocios. Estos factores son determinantes, ya que engloban características cómo: tiempo que toma abrir un negocio, el costo y demás trámites a realizarse que toman tiempo y dinero.
Con estos datos se puede asegurar que las economías más libres y con menos trabas son las más favorables para el surgimiento de nuevos emprendimientos. Por eso el mejor hábitat para emprender es una economía de libre mercado en el marco de un fuerte Estado de Derecho, en donde este no juegue bajo las reglas del gobierno de turno, sino que garantice los derechos a la vida propiedad y libertad, y no favorezca a ningún grupo empresarial o persona, dice Arosemena.
Para Arosemena, el emprendedor del siglo XXI será aquel que promueva la libertad económica para todo el mercado, no solo para su ámbito empresarial, ya que sabe que la libertad económica es un principio universal. El nuevo emprendedor debe crear un ambiente favorable para todos los que lo acompañen, haciéndolo un entorno amigable y lleno de oportunidades.