Las sociedadeS han sido una parte importante del éxito de los negocios. Las razones son simples: habilidades complementarias, gastos compartidos y la idea de que una persona con capital económico puede crear sinergia con el capital intelectual de otra persona, de manera que ambos se beneficien.
En teoría, una sociedad es una buena forma de iniciar una empresa. Sin embargo, no siempre es la mejor forma en la que un emprendedor puede organizar su negocio.
Si estás pensando en atraer a un socio para emprender, considera los siguientes errores que debes evitar:
1. Compartir capital en lugar de ganancias: Cuando compartes tu propio capital (ya sea dinero, recursos, información o propiedad) estás automáticamente dando parte de tu empresa. En un mundo perfecto, tu socio es una persona íntegra y no se sentirá tentada a huir con este. Sin embargo, el mundo no es perfecto, por lo que debes ser muy cuidadoso. En el contrato especifica que compartirán los gastos; así será más difícil que el otro no ‘se lave las manos’ si las cosas salen mal.
2. Asociarte con alguien solo porque no tienes presupuesto para contratar personal: Este es un asesino de la sociedad desde el principio. La escena casi siempre es la misma: Bob tiene una idea de negocios y Fred tiene habilidad empresarial, pero Bob no tiene dinero para contratar a Fred como empleado, por lo que deciden compartir responsabilidades, gastos y ganancias. Si éste es tu caso, considera contratarlo o realizar un contrato independiente.
3. No tener un contrato por escrito y firmado: Debido a la naturaleza de las sociedades, todo detalle y obligación debe definirse con claridad y ponerse por escrito, siendo aceptado por ambas partes. Es recomendable hacerlo con la ayuda de un abogado profesional elegido por todos los socios.
4. Omitir una sociedad limitada: Uno de los principales obstáculos de los acuerdos entre socios es la suposición de obligaciones el uno sobre el otro. Una forma de evitar estos problemas es crear sociedades limitadas, donde un socio no es responsable de las acciones y obligaciones del otro. De nuevo, para conseguir este punto lo recomendable es contratar a un abogado especializado.
5. No tener una estrategia de salida: Los matrimonios entre personas con muchos recursos inician con un acuerdo prenupcial. Lo mismo debes hacer en tu sociedad de negocios. En el acuerdo define los términos de salida que permiten que tú o tu socio abandonen la empresa, así como opciones para la otra parte de comprar el resto del negocio, de manera que te beneficie a ti en esa situación.
6. Esperar que la amistad sobreviva al rompimiento de la sociedad: Nuevamente veámoslo como si fuese un matrimonio: ¿Cuántas ex parejas siguen siendo verdaderos amigos? No muchas. Así que no te asocies con un amigo esperando que lo sigan siendo si dejan de ser socios. Puede sonar bien hacer negocios con tus amigos, pero recuerda que en el mundo de los negocios, éstos van primero y después los amigos.
7. Tener una sociedad 50/50: Todo negocio, incluso las sociedades, necesita un jefe. Si apuestas por incluir a un socio, divide el negocio 60/40 ó 70/30. Así, tú y el negocio tienen a una persona que se encargue del control en general.