Estamos a un día para que se cumplan 15 años de la transición de nuestra moneda nacional –el sucre- por el dólar estadounidense. Un domingo 9 de enero del 2.000, el entonces Presidente de la República Jamil Mahuad anunció en una cadena televisiva lo siguiente: «El sistema de dolarización de la economía es la única salida que ahora tenemos, y es el camino por donde debemos transitar».
Con ello, y tras 131 años de vida del sucre (en 1884 se estableció el «Sucre» como unidad monetaria del Ecuador durante el gobierno del Dr. José María Plácido Caamaño), el país se convirtió en la primera nación de Sudamérica que sacrificó su moneda local para adoptar una moneda extranjera a su economía.
Las razones de esta decisión, que afectó a muchos ecuatorianos, tuvo varios factores que se fueron recopilando con el pasar de los años. Carlos Larrea Maldonado, en su libro “Dolarización, Crisis y Pobreza en el Ecuador«, nombra algunos: el conflicto bélico con Perú (1.995), las inundaciones provocadas por el Fenómeno de El Niño (1.998), el colapso de los precios del petróleo (1.998-1.999), y “la crisis financiara internacional iniciada en el Sudeste Asiático en 1.997, que repercutió en la quiebra de la mayor parte de los bancos privados del país en 1.999 y 2.000”.
Todo esto produjo que para 1.999 el sucre se devaluara en casi dos tercios su valor: el dólar llegó a cotizarse para finales de ese año en 29 mil sucres, cuando a principios del 99 era de 6.500 sucres. (Leer también: Radiografía de la banca en Ecuador).
Consecuencias de la dolarización en Ecuador
Finalmente, a los 12 días de haber tomado esta medida, Mahuad fue derrocado por una revuelta indígena y popular, en la que también se sumaron 400 oficiales del ejército ecuatoriano. Pero la peor parte la vivió la población: tras la medida adoptada por Mahuad, el cambio quedó en 25.000 sucres por un dólar.
Esta fue la causa por la cual la dolarización tuvo un gran impacto en la población, pues aquellos que tenían deudas en dólares fueron a la quiebra, y quienes tenían sus ahorros en sucres, vieron cómo se licuaba su patrimonio.
Pero con el pasar del tiempo, está decisión dio un grado de estabilidad macroeconómica al país. Los bajos niveles salariales y la alta tasa de cambio en relación con otras monedas fue una ventaja que facilitó las exportaciones a otros países; también frenó la inflación que estaba cercana a los tres dígitos, para reducirse a un dígito; y se produjo un descenso en las tasas de interés que benefició el financiamiento de las inversiones y favoreció el ahorro interno nacional.
Aunque existan partidarios y detractores de la dolarización, y a su vez existan diversos puntos de vistas con respecto a este tema, el país ya lleva 15 años con esta moneda norteamericana.