Los préstamos de amigos o familiares son una táctica clásica de financiamiento para emprendedores, pero no siempre resulta según lo esperado. Si las cosas no van bien, no solo se pierde el dinero, sino las relación con la persona que apreciaba.
Para saber cómo manejarlo, Randy Myres, reportero de The Wall Street Journal, consultó a varios especialistas para darnos algunas sugerencias:
– Crear un plan de negocios sólidos que muestre cómo se va a utilizar el dinero y cómo se espera que el negocio se vaya desarrollando. “Usted quiere tratar a sus amigos y familiares con tanto respeto como lo haría un inversor institucional”, dice el empresario Anthony Kirlew, fundador y CEO de AKA Marketing en Internet, y quien tuvo experiencia en este tema. “Después de todo, están tomando un riesgo por ti”.
– Pon los términos del acuerdo por escrito; si es posible, que los revise un abogado y contar con la aprobación de un notario. “Nuestra memoria es defectuosa”, dice Rick Bisio, autor de “El franquiciado adecuado” y consultor de franquicias. “Después de un par de meses o años la amnesia selectiva le puede afectar a cualquiera. Esto puede dar lugar a desacuerdos familiares importantes cuando una persona dice que el dinero debe ser pagado en dos años y el otro dice que era alrededor de dos a cinco años”. Poner los términos por escrito obliga al empresario a pensar en lo que está haciendo.
– Especificar qué sucedería si su negocio en un futuro no es capaz de devolver el dinero prestado. Tal vez estará de acuerdo en pagar los préstamos con su patrimonio personal si las cosas no resultan como lo esperaba.
– Mantén abiertas las líneas de comunicación. De esta forma se evitarán sorpresas y malos entendidos. “Hubo un par de veces que tenía que aplazar un pago hasta el mes siguiente, y en lugar de no decir nada me acerqué a mi padrastro (quien el realizó el préstamo) y le dije que este mes se demoraría un poco. Sé que apreciaba que le hablará con honestidad”, cuenta Jason Maxweell, quien tiene una empresa de servicio de nómina.